Tu compañero en la sala de espera de Dios

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Tu compañero en la sala de espera de Dios

Carlos Zazueta • 27 de abril de 2025
Salmo 27:14; Salmo 37:7; Salmo 40:1-3

¿Cuántos aquí hemos orado diciendo: «Señor, dame paciencia… ¡pero la quiero ya!»? Es fácil identificarnos con esta paradoja, especialmente en nuestra cultura acelerada que resiste cualquier espera. ¿Pero qué ocurre cuando la espera se convierte en sufrimiento y Dios parece guardar silencio? Hoy aprenderemos que la paciencia bíblica no es pasiva, sino activa: es una confianza firme en que Dios está trabajando profundamente en nosotros mientras esperamos.

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