¡No Te Pierdas la Entrada a la Paz!
Carlos Zazueta • 17 de noviembre de 2024
Isaías 26:3-4; Hebreos 4:1-3a
Vivimos en un mundo donde la paz parece inalcanzable; Las preocupaciones y miedos ocupan el espacio que anhelamos llenar con tranquilidad. Sin embargo, la paz como fruto del Espíritu no es una calma superficial; es un regalo profundo de Dios, que trasciende cualquier circunstancia. Esta paz llega cuando dejamos que Cristo tome el control y entregamos nuestras cargas, anclándonos en Su Roca Eterna, capaz de sostenernos aun en medio de las tormentas más intensas.
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