Como creyentes en Cristo, necesitamos la presencia activa del Espíritu Santo en nuestras vidas. Sin el Espíritu Santo no podemos vivir una vida verdaderamente abundante, ni llevar a cabo la misión de Dios en nuestro entorno. Gracias, Dios nos ha proporcionado Su presencia, permanente y segura, en la persona del Espíritu Santo.
El Espíritu Santo es misterioso. Este mismo misterio ha causado la división entre los verdaderos creyentes. Sin embargo, Su misteriosa Persona y Su papel deben enseñarnos humildad, haciéndonos reconocer que nuestros mentes finitas no tienen la capacidad de entender completamente el misterio de un Dios invisible.
Acompáñanos en esta serie de cuatro partes mientras escudriñamos las Escrituras y aprendemos lo que el Señor nos dice sobre el papel del Espíritu Santo en nuestras vidas, en la Palabra de Dios y en el mundo entero.
"Y yo le pediré al Padre, y Él les daré otro Consolador para que los acompañe siempre".
Juan 14:16 (NVI)
