esperanza abrumadora
La incertidumbre sobre el futuro da como resultado un miedo paralizante o un control autogestionado. Sin la esperanza de que Cristo es por nosotros y que nuestro futuro está asegurado por Dios, estaremos excesivamente ansiosos y dedicados a la autopreservación y la autosuperación. Terminaremos pensando sólo en nosotros mismos, en nuestro futuro y en nuestros problemas, en lugar de amarnos…